Fuego y palabras

            El 10 de Mayo de 1933, Hitler mandó quemar más de 25.000 libros de autores judíos o de izquierdas. Esa noche, con un inesperado entusiasmo, miles de estudiantes tomaron las bibliotecas y cometieron la barbarie. Los autores de dichos libros fueron hechos prisioneros o mandados al exilio, y un buen número de ellos conoció un destino mucho peor. Heinrich Heine escribió que donde los libros son quemados, al final también son quemados los hombres. La historia y la temible condición humana decidieron darle la razón cuando, no mucho tiempo más tarde, cerca de seis millones de judíos habían ardido en los hornos o descansaban en una dudosa paz en las fosas comunes.

            A lo largo de la historia, las quemas de libros se han repetido en muchos lugares del mundo, en países como Argentina e incluso España. No es de extrañar que aquellos tiranos, aquellos ideólogos mezquinos y ejecutores del desastre quisieran empezar por la palabra escrita. Porque son el vehículo de las ideas.

            Sin embargo, pese a que todas aquellas palabras ardieron y pasaron a formar parte de una columna de humo que no pudo hacer más que perderse en el viento, no desaparecieron las ideas, no desaparecieron los recuerdos. Sobre todo, no pudieron quemar sus propios actos, y cada vez que los hombres deciden llenar de mal el mundo, han de saber que detrás vendrán gentes que maldecirán sus nombres durante toda la eternidad. Que todavía queda un vestigio de bondad en el mundo, y que ninguna hoguera, por grande que sea, puede quemarlo.

El próximo jueves 5 de Mayo, podréis ver dentro del festival LGTBI Diversa '11, la obra de teatro de Olga Mínguez El atardecer de cristal, a cargo de la compañía Melpómene Dacria. Una historia sobre el holocausto nazi desde otra perspectiva, la de los homosexuales, que también sufrieron persecución, fueron a los campos de concentración y también fueron exterminados. Obligados a llevar un triángulo rosa para ser identificados, sufrieron y murieron a manos del nacionalsocialismo, pero pocas veces fueron recordados u homenajeados.

Humildemente os recomiendo la obra, en la que un servidor se pone en la piel de Johann Schultze, un oficial de las SS cuya única obsesión es saciar su odio ciego, como tantos otros hicieron, sabe Dios por qué...

EL ATARDECER DE CRISTAL de Olga Mínguez
Jueves 5 de Mayo a las 21:30
Sala cultural LA LLOTJA (Elche)
Entrada 5€ - A la venta en la taquilla de La Lllotja, Gran Teatro y Servicam

1 comentario:

  1. Y que nuestra voluntad y nuestra dedicación contribuyan a mantener viva la memoria. Gracias por tus palabras, poeta.

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